Las miserias del mundo están ahí, y sólo hay dos modos de reaccionar ante ellas: o entender que uno no tiene la culpa y por tanto encogerse de hombros y decir que no está en sus manos remediarlo —y esto es cierto—, o bien asumir que, aun cuando no está en nuestras manos resolverlo, hay que comportarnos como si así lo fuera.
domingo, 24 de abril de 2011
Pequeno menino portugues correndo
Estas fotos las sacó mi hermana en nuestra visita a la Expo de Lisboa. Concretamente el niño corre bajo la gran cubierta del edificio de Álvaro Siza, el pabellón de Portugal.
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